La vaselina Gal ha sido durante décadas un delicado objeto de culto. Este producto se creó como tal en 1870 pero no sería hasta principios del siglo XX cuando Salvador Echeandía Gal comercializaría su vaselina perfumada, la favorita de la Casa Real Española, uno de los productos más vendidos de la historia gracias a su maravilloso efecto para los labios, sequedades e incluso para hidratar las pestañas. No había joven que no tuviese uno de estos botecitos redondos en sus bolsillos.
Desde su droguería en la calle Arenal de Madrid, GAL comenzaría a asentar las bases de la industria jabonera y perfumera de España.
La vaselina Gal ha sido durante décadas un delicado objeto de culto. Este producto se creó como tal en 1870 pero no sería hasta principios del siglo XX cuando Salvador Echeandía Gal comercializaría su vaselina perfumada, la favorita de la Casa Real Española, uno de los productos más vendidos de la historia gracias a su maravilloso efecto para los labios, sequedades e incluso para hidratar las pestañas. No había joven que no tuviese uno de estos botecitos redondos en sus bolsillos.
Desde su droguería en la calle Arenal de Madrid, GAL comenzaría a asentar las bases de la industria jabonera y perfumera de España.